Cuchillo enfundado

Líneas muy especiales de un cliente y gran amigo

Me crié en el campo durante todas mis vacaciones y en el viejo Pocitos. Desde entonces conservo mi primer cuchillo, al igual que mi vieja caja de pesca. Ambos regalos de mi querida tía madre Graciela.

Con los años aparecieron otros, de distintos modelos y tamaños. Para los asados, para la pesca, para los campamentos y por supuesto para la cocina. Aún conservo una vieja cuchilla reconvertida por mi padre con mango de ligustro.

Hace ya muchos años que soy vecino de Martin Strauch, gran persona. Un día me comentó que estaba haciendo cuchillos, ¡qué sorpresa! le traje viejos elásticos de camión y cuanto fierro le sirviera, que él los fundía y transformaba. Entonces apareció mi primer cuchillo hecho por él, su estética, su material, su super filo, su vaina y presencia lo hacen fantástico.

Estudió aquí, y en el exterior, se especializó, practicó, practicó y hoy a mi gusto está entre los mejores.

Varios le compré, algunos me quedé y otros regalé. Hasta que un día lo visitó el Presidente de la República, a buscar un cuchillo que le había encargado. Quien me dijo, corta cualquier cosa y su filo sigue igual, un fenómeno.

Qué maravilloso es nuestro país, su escala humana nos permite relacionarnos y en mi caso compartir con mi querido vecino Martín, la pasión por los cuchillos a puro filo. 

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